sábado, 14 de julio de 2012

Titánic una historia como la nuestra


Titánic una historia como la nuestra





Cuando recuerdo la historia del Titánic y su trágico hundimiento en las frías aguas del sur de las costas de Terranova, no puedo dejar de triangular esa tragedia con nuestro dolido Proceso Bolivariano.  Para llevarlos al relato, debemos recordar que el RMS Titánica, tocó el fondo del mar El 10 de abril de 1912, porque una serie de factores se conjugaron para ello. Todos estos factores de origen humano pudieron evitarse, pero la arrogancia y el triunfalismo dejaron por fuera la posibilidad de atracar en puerto seguro.
El Titánic zarpó entre bombos y platillos con sus dos mil y tantas almas desde Southampton (Inglaterra) con destino a Nueva York, ninguno de los que presenció ese espectacular acto dudaron por un instante que esa gigantesca nave pudiera lograr su cometido. El interior de ese barco no escapaba de la realidad social del momento, una clase pudiente estaba entre lujos inimaginables mientras una masa humana viajaba en clase económica alejados del confort, abrazando el sueño de la tierra prometida.
Los constructores y financistas de la empresa trasatlántica viajaban en primera clase, entre la música de cámara y platillos exquisitos, El capitán Edward John Smith, de gran prestigio y una hoja de vida impecable fue el escogido para llevar a puerto seguro la embarcación.  Según la historia, los oficiales a su mando le advirtieron de reducir la marcha  ante la inminente amenaza de  iceberg en la zona, pero la arrogancia ligada a la ambición de reconocimiento,  originaron que este experto lobo de mar, prefiriera no perder  tiempo en el cumplimiento del  itinerario. Los sistemas de seguridad estaban adecuados para las exigencias de la época pero al fin de cuantas ese barco era insumergible.
Esta tragedia debería servirnos de ejemplo en estos días de tantos contratiempos, al igual que el Titánic nuestro proceso está conformado por una clase privilegiada que disfruta del viaje con la mejor vista, mientras la clase trabajadora y el  pueblo viajan en clase económica, pero sosteniendo sobre sus hombros el peso de los perezosos y oportunistas que aprovechan la tranquilidad de viajar en la cubierta de barco pero sin pagar el pasaje.
Hoy en nuestro proceso, Los oficiales a bordo indican a nuestro timonel que nos aproximamos a un mar contaminado de iceberg, pero nuestro capitán no permite opiniones, nos dice sin lugar a dudas,  que nuestro barco llegará al puerto del socialismo, aunque sus acciones nos prometen la fría tumba del fondo del mar de la desesperanza.
Nuestro proceso navega a la deriva y eso se debe a que en esta travesía se olvidó como en el RMS Titánic el incluir botes salvavidas, en nuestra realidad esos serian la formación la cual ha quedado a un lado por la política electoral y la idiotizarte reproducción de la enajenación   que tanto daño nos ha hecho. No dudo ni un instante que el día del hundimiento, como ocurrió en la célebre tragedia, solamente habrá botes salvavidas para las clases privilegiadas, dejando a los excluidos de siempre (el pueblo) naufragando a su suerte.
Este barco, zozobrará ante nuestros ojos porque se perdió el rumbo, se aleja de los cambios sustanciales y reproduce los males heredados de la odiosa cuarta república, lamentablemente más viva que nunca, si no me lo creen que alguien me explique por qué AD es la segunda fuerza de oposición en nuestra nación.
Nuestro proceso transita hacia su fin, no porque este poeta lo que quiera así,  pero no puedo hacerme solidario con el presidente cuando enfrenta a la Izquierda, (marxistas leninistas) en el caso del periodista Sueco, cuando la
Asamblea Nacional,  entrega la comisión de cultura a factores de  oposición desestimando la importancia de la cultura, cuando se repiten en cada estado las políticas que tanto hemos criticado, solamente para mantener el poder; cuando nos alejamos del socialismo y engañamos a los más pobres con promesas efectistas cargadas de un populismo que tarde o temprano acabara de manera definitiva con nuestro proceso, digo nuestro porque soy de los que los tratamos de construir y hoy las malas políticas lo llevan al fondo.
No quisiera dejar estas reflexiones sin citar a un poeta latinoamericano que hoy cobra vigencia ante la traición a la izquierda y la reproducción de la alienación:



…“Después de todo
usted es el palo
mayor de un barco
que se va a pique…”

                                                                                                                       Mario Benedetti




Humberto Roa Aguilar
Cantautor y poeta
Humbertoroa7@hotmail.com
poetandante@gmail.com

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