Así como negó Pedro a su Rabí
te negué sin lograr apartarte
de cada uno de mis pensamientos,
de mis deseos
Te negué y me negué a mi mismo
la oportunidad de entender el amor
que emana en mi pecho
a cada roce de tu pelo...
tu cuerpo
Te negué una y mil veces te negué
y a cada amigo que me preguntaba por ti
le decía que ya no me importabas
ignorando los gritos de mi corazón
que encerrado en la mazmorra
clamaba por la libertad de tus besos.
En el baúl de los recuerdos enterré
todos los momentos de pasión que vivimos
negando que te escuchaba entre sollozos,
negando que aun te amaba en desenfreno
Te negué y me negué la vida…
y negué que eras todo para mí