viernes, 5 de octubre de 2012

Justicia Verdadera





Tantas páginas llenas de tinta
y los muertos... 
deambulando por la historia
Decretos...
discursos rimbombantes
políticos hijos de madre
Moda y protestas peregrinas
Y aun así...
no hemos llegado a la justicia
no la justicia legaliforme de esta sociedad
no…
la verdadera 
esa que permite
la libertad del ser

2 comentarios:

  1. LA LIBERTAD
    Raúl Gonzales Tuñón

    I
    De pronto entró la Libertad.

    La Libertad no tiene nombre,
    no tiene estatua ni parientes.
    La Libertad es feroz.
    La Libertad es delicada.

    La Libertad es simplemente
    la Libertad.

    Ella se alimenta de muertos.
    Los Héroes cayeron por Ella.
    Sin angustia no hay Libertad,
    sin alegría tampoco.
    Entre ambas la Libertad
    es el armonioso equilibrio.

    Nosotros tenemos vergüenza,
    la Libertad no la tiene,
    la Libertad anda desnuda.
    (Y el señor Jesucristo dijo
    que el reino de Dios vendrá
    cuando andemos de nuevo desnudos
    y no tengamos vergüenza.)

    Hermanos, nosotros sabemos,
    pero la Libertad no sabe.

    II

    Hay que ser piedra o pura flor o agua,
    conocer el secreto violeta de la pólvora,
    haber visto morir delante del relámpago,
    conocer la importancia del ajo y el espliego,
    haber andado al sol, bajo la lluvia, al frío,
    haber visto a un soldado con el fusil ardiente,
    cantando, sin embargo, la Libertad querida.

    Viva el amor, la vida poderosa,
    la muerte creadora de olores penetrantes
    y eso porque uno muere y resucita,
    la luz sobre los techos de la aurora,
    sobre las torres del petróleo,
    sobre las azoteas de las parvas,
    sobre los mástiles del queso y el vino,
    sobre las pirámides del cuero y el pan,
    la gente retornando,
    una ventana con la bandera en familiar bordado
    y la exacta ambulancia, con heridos,
    cantando, sin embargo, la Libertad querida.

    Hay que ser como el puente necesario,
    natural como el lirio, como el toro,
    saber llegar al fondo del silencio,
    al subsuelo del brote y a la raíz del grito,
    hay que haber conocido el miedo y el valor,
    haber visto una mano que agita una linterna
    de noche, hacia el distante nido de metralla,
    hay que haber visto a un muerto cicatrizado y solo
    cantando, sin embargo, la Libertad querida.

    III

    De pronto entró la Libertad.

    Estábamos todos dormidos,
    algunos bajo los árboles,
    otros sobre los ríos,
    algunos más entre el cemento,
    otros más bajo la tierra.

    De pronto entró la Libertad
    con una antorcha en la mano.

    Estábamos todos despiertos,
    algunos con picos y palas,
    otros con una pantalla verde,
    algunos más entre libros,
    otros más arrastrándose, solos.

    De pronto entró la Libertad
    con una espada en la mano.

    Estábamos todos dormidos,
    estábamos todos despiertos
    y andaban el amor y el odio
    más allá de las calaveras.

    De pronto entró la Libertad,
    no traía nada en la mano.

    La Libertad cerró el puño.
    ¡Ay! Entonces…

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  2. la libertad, temida por muchos, anhelada por otros, siempre encontraremos seres atados a sus miedos, incapaces de entregarse a su condición natural de ser libres y de luchar por eso
    me siento complacido de leer este poema, una huella que sin dudas llena de luz este muro poético y reflexivo... mis abrazos desde siempre...

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