Titánic una historia como la nuestra
Cuando
recuerdo la historia del Titánic y su trágico hundimiento en las frías
aguas del sur de las costas de Terranova, no puedo dejar de triangular
esa tragedia con nuestro dolido Proceso Bolivariano. Para llevarlos al
relato, debemos recordar que el RMS Titánica, tocó el fondo del mar El
10 de abril de 1912, porque una serie de factores se conjugaron para
ello. Todos estos factores de origen humano pudieron evitarse, pero la
arrogancia y el triunfalismo dejaron por fuera la posibilidad de atracar
en puerto seguro.
El Titánic zarpó entre bombos y platillos con
sus dos mil y tantas almas desde Southampton (Inglaterra) con destino a
Nueva York, ninguno de los que presenció ese espectacular acto dudaron
por un instante que esa gigantesca nave pudiera lograr su cometido. El
interior de ese barco no escapaba de la realidad social del momento, una
clase pudiente estaba entre lujos inimaginables mientras una masa
humana viajaba en clase económica alejados del confort, abrazando el
sueño de la tierra prometida.
Los constructores y financistas de
la empresa trasatlántica viajaban en primera clase, entre la música de
cámara y platillos exquisitos, El capitán Edward John Smith, de gran
prestigio y una hoja de vida impecable fue el escogido para llevar a
puerto seguro la embarcación. Según la historia, los oficiales a su
mando le advirtieron de reducir la marcha ante la inminente amenaza de
iceberg en la zona, pero la arrogancia ligada a la ambición de
reconocimiento, originaron que este experto lobo de mar, prefiriera no
perder tiempo en el cumplimiento del itinerario. Los sistemas de
seguridad estaban adecuados para las exigencias de la época pero al fin
de cuantas ese barco era insumergible.
Esta tragedia debería
servirnos de ejemplo en estos días de tantos contratiempos, al igual que
el Titánic nuestro proceso está conformado por una clase privilegiada
que disfruta del viaje con la mejor vista, mientras la clase trabajadora
y el pueblo viajan en clase económica, pero sosteniendo sobre sus
hombros el peso de los perezosos y oportunistas que aprovechan la
tranquilidad de viajar en la cubierta de barco pero sin pagar el pasaje.
Hoy
en nuestro proceso, Los oficiales a bordo indican a nuestro timonel que
nos aproximamos a un mar contaminado de iceberg, pero nuestro capitán
no permite opiniones, nos dice sin lugar a dudas, que nuestro barco
llegará al puerto del socialismo, aunque sus acciones nos prometen la
fría tumba del fondo del mar de la desesperanza.
Nuestro proceso
navega a la deriva y eso se debe a que en esta travesía se olvidó como
en el RMS Titánic el incluir botes salvavidas, en nuestra realidad esos
serian la formación la cual ha quedado a un lado por la política
electoral y la idiotizarte reproducción de la enajenación que tanto
daño nos ha hecho. No dudo ni un instante que el día del hundimiento,
como ocurrió en la célebre tragedia, solamente habrá botes salvavidas
para las clases privilegiadas, dejando a los excluidos de siempre (el
pueblo) naufragando a su suerte.
Este barco, zozobrará ante
nuestros ojos porque se perdió el rumbo, se aleja de los cambios
sustanciales y reproduce los males heredados de la odiosa cuarta
república, lamentablemente más viva que nunca, si no me lo creen que
alguien me explique por qué AD es la segunda fuerza de oposición en
nuestra nación.
Nuestro proceso transita hacia su fin, no porque
este poeta lo que quiera así, pero no puedo hacerme solidario con el
presidente cuando enfrenta a la Izquierda, (marxistas leninistas) en el
caso del periodista Sueco, cuando la
Asamblea Nacional, entrega
la comisión de cultura a factores de oposición desestimando la
importancia de la cultura, cuando se repiten en cada estado las
políticas que tanto hemos criticado, solamente para mantener el poder;
cuando nos alejamos del socialismo y engañamos a los más pobres con
promesas efectistas cargadas de un populismo que tarde o temprano
acabara de manera definitiva con nuestro proceso, digo nuestro porque
soy de los que los tratamos de construir y hoy las malas políticas lo
llevan al fondo.
No quisiera dejar estas reflexiones sin citar a
un poeta latinoamericano que hoy cobra vigencia ante la traición a la
izquierda y la reproducción de la alienación:
…“Después de todo
usted es el palo
mayor de un barco
que se va a pique…”
Mario Benedetti
Humberto Roa Aguilar
Cantautor y poeta
Humbertoroa7@hotmail.com
poetandante@gmail.com
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